Los comienzos del Scrimshaw

Los comienzos de la modalidad del scrimshaw o el arte de grabar sobre hueso, se dieron en los balleneros que pasaban largas horas a la espera de su presa o recorriendo infinidad de kilometros para poder llegar hasta élla. Seguramente incitados por el capitán para tenerlos entretenidos.
Los materiales eran los dientes de ballena y algo punzante que pudiera marcarse sobre los mismos. Después para ennegrecerlo y resaltar los grabados utilizaban la tinta de calamar o el humo de los candiles.
En el País Vasco tenemos esa conexión, ya que se dice que fuimos de los primeros en cazar ballenas, cuando estos animales merodeaban las costas del Mar Cantábrico.
Los comienzos fueron en el Polo Norte y Escandinavia pero hacia 1059 ya hay conocimiento de que hubiera arrantzales (pescadores vascos) en las costas de Baiona dedicándose a la caza de la ballena.
La táctica era lanzar los arpones atados a una cuerda y amarrados por el extremo a una boya o sujeta a la proa de la txalupa (pequeña embarcación a remos) lo más cerca posible del animal y volver a repetirlo una vez saliera a la superficie a respirar, hasta que desfalleciera después de unas horas.
En los siglos XIV, XV y XVI teníamos el monopolio de la venta en Europa de la grasa y del aceite de ballena.
En la Edad Media los arrantzales  fueron alejándose de nuestras costas hacia Canadá, Terranova (Ternua)   navegando a mar abierto, por aguas desconocidas, en busca de más abundancia de ballenas. Allí tuvieron que luchar no sólo contra las ballenas, sino contra las extremas condiciones climatológicas, vientos del norte, frío polar y hielos de gran magnitud.
Hacia 1620 el mercado de la ballena finalizó y fueron los ingleses quienes cogieron el testigo y muchos de estos arrantzales  fueron contratados por navieras por su dominio de la caza.
En 1640 se fué extendiendo por el Atlántico para llegar a América y Nueva Inglaterra y siglo y medio después a Australia y a los Océanos Pacífico e Indico.
La especie con los años fué desapareciendo hasta llegar a la prohibición en 1946.
En estas costas todavía existen algunos lugares estratégicos, en zonas altas de los montes donde se divisaban
estas ballenas para después avisar a los arrantzales y que acudieran lo más rápido posible con sus txalupas a la caza de las ballenas. La tradición de las carreras de traineras viene de esas apuestas que realizaban estos pueblos para ver quién llegaba antes y hacerse con el preciado botín.
Aquellos que llevaban un pendiente de aro en la oreja, era el distintivo que habían navegado por esos mares.
En la mayoría de los escudos de armas de nuestros pueblos, aparece simbólicamente alguna ballena como referencia, dada la importancia que tuvo para la riqueza de nuestra tierra.
Hay una canción de Benito Lertxundi, un cantautor vasco que a través de unos antiguos versos representa muy bien  la caza de la ballena y lo que representaba para nuestro pueblo.
Podreis escuchar la canción y ver su traducción clicando en este link de You Tube, o buscando en internet como "Balearen Bertsoak de Benito Lertxundi.
http://www.youtube.com/watch?v=RFzoP1133X4

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